jueves, 14 de septiembre de 2017

Brazos del viento




















La habitación está en silencio, duerme mi niña,
lo hubiese pedido bailar un vals, pero duerme
un vals entre las cuatro paredes y un techo,
en las cuatro estaciones, y el canto a la vida,
afuera voces, ruido, música,.....hay de todo,
es verano, sofocación en los cuerpos, ..aromas.
Una ventana es verduga y es solícita al mismo tiempo
preserva lo de dentro, expone lo de fuera,
dos mundos paralelos, dos espacios distintos
los vidrios se extienden y el viento arremete,
transporta hacia la calle caldeada y bulliciosa,
se arremolina al talle de un grueso cedro,
en espiral se elevan hojas secas, como abrazos sueltos,
una oruga citheronia se balancea en su crudo hilo de seda,
la hormiga marabunta aprieta su mandíbula en la corteza.
El viento extiende sus extremidades circundantes,
como silueta de mujer ceñida, envuelta en tango.
Se eleva, es su camino, susurra, canta,....pero no solloza,
va vertical hacia la cima, no sucumbe al sol del medio día.
Al final del follaje sobre una rama bambeante un pájaro resiste,
sus plumas de negro brillante se encrespan, se ensanchan
el tordo erguido aprieta sus garras, soberano en la copa,
alza el pico hacia la luz y suelta su trino ondeante.
Mi niña abre los ojos,....no estaba dormida,....
se abrazaba, a la rama, a la oruga, a la hormiga,
al canto del tordo,........y al viento.

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